miércoles, 2 de septiembre de 2015

Ana

Ana decide irse a dormir, cuando cierra  la ventana observa y  la noche sigue  así, el cielo oscuro está  cubierto de nubes,  esas nubes casi amarillas que hacen que parezca   de día.
Se asoma  y respira humedad al mismo tiempo que siente como chocan en su cara gotitas microscópicas de agua.
Cierra la ventana, y como todas las noches controla que este todo en su lugar, palpa el picaporte de la puerta y controla todas las ventanas de una manera casi obsesiva. Deja la ropa  para el día siguiente bien doblada y con cuidado  que no la invada ninguna arruga, en la silla blanca que tiene en su cuarto. La cocina en orden, apaga absolutamente todas las luces y por fin se desploma en la cama, una caída con alivio y relajante, pero su mente no acorde a su cuerpo, hace ruido esta  desordenada,  sabe que la mañana  iba a ser  larga y todo continuaba muy gris.
El día está muy peligroso, ella tiene que viajar  200 km a encontrarse con un viejo amor, el encuentro está previsto hace  4 meses, 4 meses que se hicieron largos.
Ana desayuna ,  en pijama  sin peinarse toma las llaves del auto y sin importar nada , sale,  no se ve mucho, pero Ana arranca , las calles de la ciudad están calmas, todo viste de blanco, los semáforos no funcionan, y no anda un alma ,  toma la ruta sin precaución,  y aprieta el acelerador,   va muy fuerte y como si flotara entre nubes, en la ruta no pasa un solo auto, Ana aturdida por su música y cantando en voz muy alta, de golpe pisa la banquina, el volante empieza a girar y Ana pierde el control, grita,  la invade el miedo, no sabe que hace ,  trata de girar el volante pero no le responde, el auto sigue andando a mucha velocidad pero ella no puede hacer nada, hasta que da con el freno, y el auto empieza a girar , ella grita desconsoladamente, al mismo tiempo que da vueltas y vueltas.
Ana  salta asustada de la cama como si estuviera cayendo, había tenido una pesadilla, mira el reloj y todavía tiene una hora más para dormir.
7 am suena el despertador,  se sienta en la cama permanece en silencio un instante se levanta  e inmediatamente se cuelga de la ventana  la  abre y las nubes siguen  intactas, el cielo  blanco y una especie de humo estancado que cubre  la ciudad, agacha la cabeza  y arrastrando los pies llega a la cocina ,   carga la pava de agua y a la apoya suavemente sobre la hornalla como todas las mañanas, pero esta vez el mate lo preparó con desanimo.
 Su dilema es  si emprende  o no el viaje que tantas ganas tiene de hacer, pero el clima no la acompaña, sentada en la mesa de la cocina mientras tomaba uno y otro mate, su cara estaba relajada pero su ceño sigue fruncido, y sus ojos van de la pava al reloj.
Se cambia con la ropa que había quedado acomodada del día anterior, impecable, se mira varias veces al espejo, se recoge el pelo,  luego lo suelta y termina con media cola, entre sus varios perfumes elige el preferido, se vuelve a mirar al espejo controlando que todo vaya bien , y sale, corrobora que la puerta este cerrada, tocando el picaporte del lado de afuera, empieza a caminar hacia el auto que estaba a un metro de distancia y ni lo ve, es como si caminara sobre una fuente de vapor frío, las calles están húmedas,  ya era horario de que empiece a amanecer pero el sol no tiene  en sus planes ni asomarse.

Enciende el auto y con el ruido a motor de fondo, deja caer los brazos, su mente esta repleta de preocupación, hay que arriesgarse para vivir le dicen sus ganas, pero el pajarito le recuerda que es muy peligroso salir. Con una mirada perdida  hacia el frente  toma conciencia, el miedo la agobia, pasa su mano sobre el pelo 2 o 3 veces, y ni se mueve, Ana esta inquieta, su atmósfera preocupada, pero igualmente decide cancelar el viaje.

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