Ana decide irse a dormir, cuando cierra la ventana observa y la noche sigue así, el cielo oscuro está cubierto de nubes, esas nubes casi amarillas que hacen que
parezca de día.
Se asoma y
respira humedad al mismo tiempo que siente como chocan en su cara gotitas
microscópicas de agua.
Cierra la ventana, y como todas las noches controla
que este todo en su lugar, palpa el picaporte de la puerta y controla todas las
ventanas de una manera casi obsesiva. Deja la ropa para el día siguiente bien doblada y con
cuidado que no la invada ninguna arruga,
en la silla blanca que tiene en su cuarto. La cocina en orden, apaga
absolutamente todas las luces y por fin se desploma en la cama, una caída con
alivio y relajante, pero su mente no acorde a su cuerpo, hace ruido esta desordenada,
sabe que la mañana iba a ser larga y todo continuaba muy gris.
El día está muy peligroso, ella tiene que
viajar 200 km a encontrarse con un viejo
amor, el encuentro está previsto hace 4
meses, 4 meses que se hicieron largos.
Ana desayuna , en pijama sin peinarse toma las llaves del auto y sin
importar nada , sale, no se ve mucho,
pero Ana arranca , las calles de la ciudad están calmas, todo viste de blanco,
los semáforos no funcionan, y no anda un alma ,
toma la ruta sin precaución, y
aprieta el acelerador, va muy fuerte y
como si flotara entre nubes, en la ruta no pasa un solo auto, Ana aturdida por
su música y cantando en voz muy alta, de golpe pisa la banquina, el volante
empieza a girar y Ana pierde el control, grita,
la invade el miedo, no sabe que hace ,
trata de girar el volante pero no le responde, el auto sigue andando a
mucha velocidad pero ella no puede hacer nada, hasta que da con el freno, y el
auto empieza a girar , ella grita desconsoladamente, al mismo tiempo que da
vueltas y vueltas.
Ana salta
asustada de la cama como si estuviera cayendo, había tenido una pesadilla, mira
el reloj y todavía tiene una hora más para dormir.
7 am suena el despertador, se sienta en la cama permanece en silencio un
instante se levanta e inmediatamente se cuelga
de la ventana la abre y las nubes siguen intactas, el cielo blanco y una especie de humo estancado que
cubre la ciudad, agacha la cabeza y arrastrando los pies llega a la cocina , carga
la pava de agua y a la apoya suavemente sobre la hornalla como todas las
mañanas, pero esta vez el mate lo preparó con desanimo.
Su dilema es si emprende o no el viaje que tantas ganas tiene de hacer,
pero el clima no la acompaña, sentada en la mesa de la cocina mientras tomaba
uno y otro mate, su cara estaba relajada pero su ceño sigue fruncido, y sus
ojos van de la pava al reloj.
Se cambia con la ropa que había quedado acomodada
del día anterior, impecable, se mira varias veces al espejo, se recoge el
pelo, luego lo suelta y termina con
media cola, entre sus varios perfumes elige el preferido, se vuelve a mirar al
espejo controlando que todo vaya bien , y sale, corrobora que la puerta este
cerrada, tocando el picaporte del lado de afuera, empieza a caminar hacia el
auto que estaba a un metro de distancia y ni lo ve, es como si caminara sobre
una fuente de vapor frío, las calles están húmedas, ya era horario de que empiece a amanecer pero el
sol no tiene en sus planes ni asomarse.
Enciende el auto y con el ruido a motor de fondo,
deja caer los brazos, su mente esta repleta de preocupación, hay que
arriesgarse para vivir le dicen sus ganas, pero el pajarito le recuerda que es
muy peligroso salir. Con una mirada perdida
hacia el frente toma conciencia,
el miedo la agobia, pasa su mano sobre el pelo 2 o 3 veces, y ni se mueve, Ana
esta inquieta, su atmósfera preocupada, pero igualmente decide cancelar el viaje.
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