viernes, 4 de diciembre de 2015

Acordeón

Los amplios anteojos marrones.
Tus largas y delgadas piernas castañas, que siempre cruzabas.
 Vos sentado en aquel sillón. Tu trono.

Con tus nietos hacías música, a mi me tocaba el acordeón.
Vendías y hacías juguetes, el sueño de cualquier niño.
Vos tan largo y tu cigarro tan corto.

 No tengo  más recuerdos.
Solo momentos inmóviles, reflejados en fotos.
Y fueron 7 años. Los borré.

Sé, que todos te querían.
Artesano.
Y por eso, me quedé con más ganas.

Estuve donde no tenía que estar, para enterarme antes, de tu final. Algo me perturba;  te caracterizaba la bondad y lo servicial.


Siempre me quedó por preguntar; ¿De qué te querías escapar?

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