El crepúsculo
me toca con el dedo por la espalda.
Me hago la
tonta, no quiero.
La oscuridad
se hacía notar cada vez más, y el crepúsculo insistía en mi espalda.
Me hago la
tonta, no quiero.
De celeste
oscuro, azul y negro.
Llega la
noche.
El
crepúsculo no jode más.
Me hago la
tonta, no quiero.
Negro, negro
y negro enfrente de mis ojos.
Llegó la
noche.
Y, no quería...
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